By David Jacobson, Temblor, and Luis Edgar Rodríguez-Abreu
A la 1:29 a.m. (hora local), un sismo de magnitud M=6.9 golpeó la región oriente de Guatemala cerca de la frontera con México. Aunque el sismo fue profundo (aproximadamente 100 km), fue sentido en toda la región, incluyendo la Ciudad de Guatemala situada a 160 km, con una población de 3.3 millones de personas. De acuerdo con fuentes oficiales de Guatemala, el sismo ocasionó deslaves, bloqueo de caminos, y daños moderados.
De acuerdo con el mapa de intensidad sísmica del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés), la región cercana al epicentro, en la cual se sintió el movimiento con mayor intensidad, es una zona montañosa con baja densidad de población, hasta el momento solo se reporta una persona herida. En México las autoridades informan de solo daños materiales, tales como colapso de techos y bardas en viviendas y escuelas, así como daños en carreteras, (Fuente: Protección Civil ).
Esta parte de América Central presenta alta actividad sísmica, ocasionada por una combinación de movimientos, debido al desplazamiento relativo de las placas técnicas.
Frente a la Costa Sur, la placa de Cocos es subducida por debajo de las placas de Norteamérica y el Caribe. Adicionalmente, en esta zona se observa un movimiento lateral izquierdo en gran parte del oriente y centro de Guatemala; esto debido al límite activo entre las placas de Norteamérica y Caribe. Lo anterior implica que Guatemala se sitúa en lo que se conoce como un punto triple, el cual es una zona en donde tres placas tectónicas se juntan.
Como resultado, esta región ha experimentado sismos que han ocasionado gran destrucción, incluyendo el terremoto de 1976 de M=7.5 en la zona oriente de Guatemala, que mató a cerca de 23,000 personas y dejó a más de 75,000 heridas (Olcese et al., 1977). Este devastador terremoto ocurrió a una profundidad de 5 km en la Falla de Motagua, la cual es una falla geológica de tipo transformante con movimiento de rumbo lateral izquierdo, que atraviesa Guatemala desde el Caribe hasta el centro del país. Por otro lado, el sismo registrado el día de hoy, ocurrió en la zona subducción debajo del continente a una profundidad mucho mayor (94 km de acuerdo con el Servicio Geológico de los Estados Unidos), el sismo ocurrió como resultado de un movimiento de extensión. El epicentro y profundidad sugieren que la ruptura ocurrió cerca de la placa subducida, y el mecanismo de tipo extensional, indica que pudo haber sido causado por cambios en el ángulo de inclinación de la subducción de la placa.
El sismo ocurrido el día de hoy tiene diferencias sustanciales al ocurrido en 1976, tanto en su origen como en el impacto sobre la región; dichas diferencias realzan una de característica importante en los sismos: la profundidad. Incluso, si el sismo de hoy hubiera tenido una magnitud de 7.5 como aquel en 1976, no hubiera causado tanta destrucción, debido a que su profundidad hubiera sido 19 veces mayor. La razón es porque parte de la energía se disipa antes de llegar a la superficie, y por tanto, se traduce en menor intensidad de movimiento.
En la siguiente figura se presenta una comparación de los mapas de intensidad obtenidos del Servicio Geológico de los Estados Unidos, para el sismo de hoy y el de 1976. A partir de las figuras, se aprecia que el movimiento sentido para el sismo de 1976 fue “violento”, en comparación de la sacudida del sismo de hoy, el cual alcanzó niveles de movimiento “fuerte”.
Uno de los aspectos de este sismo y que requiere especial atención, es que nueve horas antes de la ocurrencia del evento de magnitud M=6.9, ocurrieron cuatro eventos de menor magnitud, entre 4.4 y 5.6, los cuales se localizan en la zona costa adentro de donde ocurrió el sismo principal. Dos de estos sismos tuvieron lugar en la última hora antes del M=6.9, uno de los cuales sucedió solo 6 minutos previos. Si bien estos eventos no son necesariamente indicativos de ser sismos precursores, dado que ocurrieron a más de 100 km del epicentro, la tasa de ocurrencia es substancialmente más alta de lo típicamente observado. Por consiguiente, si efectivamente se trata de eventos precursores, podrían indicar que posiblemente tuvo lugar un evento de deslizamiento asísmico en esta zona de América Central.
Es cierto que los eventos de tipo asísmicos no son necesariamente indicadores de la ocurrencia de grandes sismos, sin embargo, si esta parte de la zona de subducción rompiera, podría resultar en un sismo de M+7.5. Un evento de este tipo, generaría movimientos fuertes a lo largo de la costa centroamericana, pudiendo desencadenar un tsunami. Por tanto, los sismos pequeños que precedieron al sismo principal merecen especial atención.
Debido a la complejidad del ambiente tectónico sobre el cual se encuentra Honduras, así como el resto de Centro América, es muy posible que en futuro ocurran sismos con grandes magnitudes. Usando el modelo Global de Actividad Sísmica (GEAR, por sus siglas en inglés, Global Earthquake Activity Rate), el cual se encuentra disponible en “Temblor”, podemos ver la posible magnitud de un sismo que podría ocurrir a lo largo de nuestra vida, en cualquier sitio sobre la Tierra.
Si bien el sismo de hoy fue demasiado profundo como para ser tomado en cuenta en el modelo GEAR, el mapa de abajo muestra que para la mayor parte del centro, oeste y sur de Guatemala, podemos esperar sismos de magnitudes M=6.75+. Por lo anterior, es necesario que la población que habita en estas zonas esté preparada ante la ocurrencia de terremotos, y entienda el peligro sísmico en la región.
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