El mortal terremoto de Marruecos fue el resultado de la continua colisión de África con Europa

El devastador terremoto que sacudió Marruecos el 8 de septiembre de 2023 cobro la vida de miles de personas. Si bien no fue un evento sin precedentes, tuvo lugar en una zona que ha experimentado menos activa sísmica en comparación con otros terremotos ocurridos en Marruecos.
 

Por José A. Peláez, Universidad de Jaén, España
 

Citation: Peláez, J. A., 2023, Deadly Morocco quake resulted from Africa’s ongoing collision with Europe, Temblor, http://doi.org/10.32858/temblor.321
 

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El 8 de septiembre de 2023, poco después de las 11 p.m. hora local, un terremoto de magnitud 6,8 azotó una zona montañosa a unos 75 kilómetros al sureste de Marrakech, Marruecos. Hasta el momento, alrededor de 3,000 personas han muerto y cientos más se encuentran heridas o desaparecidas. Debido a los daños en carreteras, los equipos de emergencia enfrentan dificultades para llegar a las aldeas cercanas al epicentro, por lo que puede pasar algún tiempo antes de que se conozca el verdadero número de víctimas. Las imágenes de la región revelan una devastación total en algunos pueblos en las montañas. El terremoto se sintió en lugares tan distantes como España y Portugal.

El terremoto se produjo a unos 26 kilómetros de profundidad en las montañas del Alto Atlas, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). La solución del mecanismo focal del USGS sugiere que el evento ocurrió a lo largo de una falla oblicua-inversa de baja profundidad que orientada hacia el sureste o una falla oblicua-inversa de pendiente pronunciada que orientada hacia el este. En una falla oblicua-inversa un lado de la falla se eleva con respecto al otro al mismo tiempo que se mueve lateralmente.
 

En este pueblo en las montañas del Atlas se pueden observar construcciones tradicionales de adobe. Edificaciones como estas no están diseñadas para resistir fuertes terremotos, por lo que muchas colapsaron en el evento del 8 de septiembre. Crédito: A. Pushkin, Shutterstock.com
En este pueblo en las montañas del Atlas se pueden observar construcciones tradicionales de adobe. Edificaciones como estas no están diseñadas para resistir fuertes terremotos, por lo que muchas colapsaron en el evento del 8 de septiembre. Crédito: A. Pushkin, Shutterstock.com

 

El sistema de evaluación rápida de impacto USGS PAGER anticipó un elevado número de víctimas y daños considerables, una proyección que ha sido corroborada por informes que describen aldeas devastadas y edificios en ruinas en las cercanías del epicentro. Esta situación es particularmente notable en las zonas históricas de Marrakech, una ciudad fundada en el siglo XI, donde muchos edificios están construidos con mampostería no reforzada, incluyendo estructuras de adobe, barro, ladrillo y mortero, no concebidos para resistir sismos de esta magnitud.
 

Tectónica

Los terremotos en esta región son eventos intraplaca, lo que significa que ocurren relativamente lejos de los límites entre placas tectónicas. El epicentro del terremoto del viernes se situó a unos 500 kilómetros del límite donde convergen la Placa Euroasiática al norte, y la Placa de Nubia, al sur. Se puede considerar que la Placa de Nubia junto con la Placa Somalí conforman la Placa Africana.

Los efectos de la convergencia de las placas Euroasiática y de Nubia se ven reflejados en la geología y en la alta sismicidad en la región comprendida entre la Península Ibérica y el extremo occidental de África, región conocida como Ibero-Magrebí, principalmente en la zona transformante Azores-Gibraltar y la costa norte de Marruecos (De Mets et al., 2010). Sin embargo, el efecto de esta convergencia también se propaga hacia el sur, afectando a la Meseta marroquí (Figura 1), la cual está formada por rocas paleozoicas. Esta zona de influencia llega hasta la Cordillera del Atlas, como muestran Chalouan et al. (2023) utilizando datos GPS. Esto implica un acortamiento superficial de la Cordillera del Atlas, incluidas las montañas del Alto Atlas, donde se produjo el terremoto de magnitud 6,8 el 8 de septiembre de 2023. Los datos del GPS sugieren una tasa de acortamiento de aproximadamente 1 milímetro por año en el Alto Atlas.

Las principales fallas delimitadoras cartografiadas en el Alto Atlas occidental se dirigen de NE a SO, incluyendo las fallas inversas de El Kléa y Biougra (Mridekh, 2002). El acortamiento observado implica un movimiento inverso y lateral, consistente con la solución del mecanismo focal calculada por el USGS para el evento del 8 de septiembre. Varios estudios indican que estas fallas se han estado moviendo durante los últimos 6 millones de años aproximadamente y están asociadas con la formación de pliegues en el antepaís de las montañas del Atlas (Aït Brahim et al., 2002).
 

Figura 1. Este mapa muestra la tectónica y topografía de la región Ibero-Magrebí. Crédito: Modificado de Peláez et al. (2007). La estrella blanca marca el epicentro del terremoto del 8 de septiembre.
Figura 1. Este mapa muestra la tectónica y topografía de la región Ibero-Magrebí. Crédito: Modificado de Peláez et al. (2007). La estrella blanca marca el epicentro del terremoto del 8 de septiembre.

 

Además, como destacan varios investigadores, las montañas del Atlas presentan un adelgazamiento inusual de la litosfera, la capa más superficial y rígida de la Tierra, combinado con un fuerte levantamiento anómalo del manto (Chalouan et al., 2023). Este levantamiento podría estar asociado con el vulcanismo Neógeno en el Medio Atlas y el vulcanismo Pérmico en el Alto Atlas occidental (Chalouan et al., 2023; Loudaoued et al., 2023).
 

Eventos historicos

De acuerdo con registros históricos de terremotos de los últimos mil años, los terremotos que afectan a Marruecos tienden a producirse en dos zonas principalmente. La primera se encuentra frente a la costa al norte de Marruecos, a lo largo de la zona transformante Azores-Gibraltar y su continuación hacia el este en el Mar de Alborán. La segunda es en tierra, a lo largo de las Montañas Rif en el norte de Marruecos y el Tell Atlas en el noroeste de Argelia. Por el contrario, los terremotos a lo largo del cinturón del Atlas, como el que ocurrió el 8 de septiembre, son mucho menos frecuentes.
 

Figura 2: Este mapa muestra la sismicidad por encima de magnitud 3,0 desde 1045 hasta 2005. Los terremotos citados en el texto están resaltados. En Marruecos, la mayoría de los terremotos ocurren en la región del Rif, el extremo más septentrional del país. Sin embargo, también ocurren terremotos a lo largo de las montañas del Atlas. Crédito: Modificado de Peláez et al. (2007)
Figura 2: Este mapa muestra la sismicidad por encima de magnitud 3,0 desde 1045 hasta 2005. Los terremotos citados en el texto están resaltados. En Marruecos, la mayoría de los terremotos ocurren en la región del Rif, el extremo más septentrional del país. Sin embargo, también ocurren terremotos a lo largo de las montañas del Atlas. Crédito: Modificado de Peláez et al. (2007)

 

Recientemente, los terremotos más importantes que afectaron a Marruecos fueron los de Al-Hoceima de 1994, 2004 y2016 (Hamdache et al., 2022), con magnitudes que oscilaron entre 6,0 y 6,3. Estos terremotos, todos centrados en Al-Hoceima, en el extremo norte de Marruecos, se produjeron en la parte más sísmicamente activa del país.

En el llamado período histórico, anterior a la implantación de los sismómetros, también se han registrado en Marruecos varios eventos significativos. Entre ellos se encuentra el terremoto de Fez de 1624, con una magnitud estimada de 6,7.

No podemos olvidar el terremoto de Agadir de febrero de 1960, que originalmente se informó como un evento de magnitud 6,3, pero finalmente se revisó a una magnitud de aproximadamente 5,9. El terremoto de Agadir se produjo aproximadamente en el límite entre el Alto Atlas occidental y el Anti Atlas, que se encuentra al sur. Los terremotos en esta zona no carecen de precedentes. Un terremoto de similar magnitud sacudió la misma región en 1731 (Peláez et al., 2007). Cerca del lugar donde ocurrió el evento catastrófico del 8 de septiembre, se produjo otro evento en abril de 1955, cerca de Oued Nfiss, que se sintió con intensidad VIII (en la Escala Mercalli Modificada) en algunas localidades, con una magnitud probable igual a 5,8 (Peláez et al., 2007).
 

Repercusiones

Los datos disponibles sugieren que entre 12,000 y 15,000 personas murieron en el terremoto de Agadir de 1960, y 630 en el terremoto de 2004. Al momento de escribir este artículo, se han informado casi 3,000 víctimas en el catastrófico terremoto del 8 de septiembre. Lamentablemente, los terremotos y sus consecuencias no son inusuales en Marruecos.

Como saben los sismólogos, los terremotos no se pueden predecir, y de hecho muchos investigadores piensan que tampoco será posible hacerlo en el futuro. Sin embargo, lo que podemos hacer es establecer las áreas en las que es más probable que ocurran terremotos y, en el mejor de los casos, estimar la probabilidad de que ocurran y la incertidumbre asociada.

Es muy importante realizar estudios de peligrosidad sísmica en lugares como Marruecos basados en el conocimiento de las estructuras tectónicas activas y la sismicidad pasada, tanto histórica como instrumental. Cuanto mayor sea el conocimiento que se tenga sobre estos dos temas, más conocimiento se tendrá sobre la sismicidad futura de un área y la incertidumbre asociada.
 

Figura 3. En esta imagen, similar a un ShakeMap del USGS, se calculó la PGA para la región utilizando un terremoto de magnitud 6,8 a 26 kilómetros de profundidad en el epicentro del USGS (estrella blanca). El movimiento está representado por la aceleración máxima del suelo (PGA) en unidades de g, la aceleración de la gravedad. Temblor Shaking Footprint utiliza el modelo de movimiento del suelo (T-GMM) y el modelo de amplificación del sitio (SiteAmp) de Temblor. El movimiento del suelo disminuye con la distancia al epicentro, pero se amplifican en las cuencas. Una amplia cuenca se encuentra al norte y contiene la ciudad de Marrakech. Otra cuenca estrecha se encuentra al sur. Crédito: Temblor, CC BY-NC-ND 4.0
Figura 3. En esta imagen, similar a un ShakeMap del USGS, se calculó la PGA para la región utilizando un terremoto de magnitud 6,8 a 26 kilómetros de profundidad en el epicentro del USGS (estrella blanca). El movimiento está representado por la aceleración máxima del suelo (PGA) en unidades de g, la aceleración de la gravedad. Temblor Shaking Footprint utiliza el modelo de movimiento del suelo (T-GMM) y el modelo de amplificación del sitio (SiteAmp) de Temblor. El movimiento del suelo disminuye con la distancia al epicentro, pero se amplifican en las cuencas. Una amplia cuenca se encuentra al norte y contiene la ciudad de Marrakech. Otra cuenca estrecha se encuentra al sur. Crédito: Temblor, CC BY-NC-ND 4.0

 

Finalmente, la mejor herramienta que tenemos para mitigar el impacto de los terremotos es implementar los resultados de los estudios de evaluación de la peligrosidad sísmica en los códigos de construcción nacionales. Ésta es la forma en que los ingenieros pueden incorporar el nivel adecuado de seguridad sísmica en los diseños de edificios o infraestructuras. Los edificios que fueron construidos sin tener en cuenta las regulaciones y sin el soporte estructural necesario no son más que asesinos potenciales. Esta es la razón por la que los códigos de construcción deben ser obligatorios, los edificios deben ser inspeccionados y los códigos deben actualizarse periódicamente. Esta es la mejor y quizás la única manera de protegernos contra estos fenómenos catastróficos.

En Marruecos, los responsables de la seguridad (gobernantes y planificadores gubernamentales) deben comprender esto y tenerlo en cuenta para el futuro. De lo contrario, no se podrá hacer nada para evitar que vuelva a suceder.
 

Editor científico: Dr. Alka Tripathy-Lang, Ph.D.
Revisor: Dr. Ross S. Stein, Ph.D.; Dr. Wendy Bohon, Ph.D.

Referencias

Aït Brahim, L., Chotin, P., Hinaj, S., Abdelouafi, A., Nakhcha, C., Dhont, D., Sossey Alaoui, F., Bouaza, A., Tabyaoui, H., and Chaouni, A. (2002). Paleostress evolution in the Moroccan African margin from Triassic to present. Tectonophysics 357, 187-205.

Chalouan, A., Gil, A.J., Chabli, A., Bargach, K., Liemlahi, H., El Kadiri, K., Tendeero Salmerón, V., and Galindo Zaldívar, J. (2023). cGPS record of active extension in Moroccan Meseta and shortening in Atlasic chains under Eurasia-Nubia convergence. Sensors 23, 4846.

De Mets, C., Gordon, R.G., and Argus, D.F. (2010), Geologically current plate motions. Geophysical Journal International 181, 1-80.

Hamdache, M., Peláez, J.A., Gospodinov, D., Henares, J., Galindo Zaldívar, J., Sanz de Galdeano, C., and Ranguelov, B. (2022). Stochastic modeling of the Al Hoceima (Morocco) aftershock sequences of 1994, 2004 and 2016. Applied Sciences 12, 8744.

Loudaoued, I., Touil, A., Aysal, N., Aissa, M., Keskin, M., Yilmaz, I., and Ouadjou, A. (2023). Volcanic rocks from Amensif-Tnirt district in the western High Atlas (Morocco): Geochemistry, magma features and new age dating. Journal of African Earth Sciences 205, 104975.

Mridekh, A. (2002). Géodynamique des bassins méso-cénozoiques de l’offshore d’Agadir (Maroc sud occidental). Contribution à la connaissance de l’évolution atlasique d’un segment de la marge atlantique marocaine. PhD Thesis. Faculty of Sciences, Kenitra, Morocco.

Peláez, J.A., Chourak, M., Tadili, B.A., Aït Brahim, L., Hamdache, M., López Casado, C., and Martínez Solares, J.M. (2007). A catalog of main Moroccan earthquakes from 1045 to 2005. Seismological Research Letters 78, 614-621.

https://earthquake.usgs.gov/earthquakes/eventpage/us7000kufc/executive
 

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