Estas figuras revelan tanto dónde ocurrió el deslizamiento en el terremoto de M=8.1 del 7 de septiembre en Chiapas, como también cómo se transfirió la tensión. El modelo de la derecha ilustra cómo la mayoría del deslizamiento se confinó a un área pequeña, a pesar del hecho de que el deslizamiento total se extendió a lo largo de una distancia de 200 km. La figura a la derecha muestra qué partes de la superficie de la megafalla se volvieron más peligrosas (más probable a ruptura) y cuáles se volvieron menos peligrosas). (Figuras por Shinji Toda, IRIDeS)

Estas figuras revelan tanto dónde ocurrió el deslizamiento en el terremoto de M=8.1 del 7 de septiembre en Chiapas, como también cómo se transfirió la tensión. El modelo de la derecha ilustra cómo la mayoría del deslizamiento se confinó a un área pequeña, a pesar del hecho de que el deslizamiento total se extendió a lo largo de una distancia de 200 km. La figura a la derecha muestra qué partes de la superficie de la megafalla se volvieron más peligrosas (más probable a ruptura) y cuáles se volvieron menos peligrosas). (Figuras por Shinji Toda, IRIDeS)

Estas figuras revelan tanto dónde ocurrió el deslizamiento en el terremoto de M=8.1 del 7 de septiembre en Chiapas, como también cómo se transfirió la tensión. El modelo de la derecha ilustra cómo la mayoría del deslizamiento se confinó a un área pequeña, a pesar del hecho de que el deslizamiento total se extendió a lo largo de una distancia de 200 km. La figura a la derecha muestra qué partes de la superficie de la megafalla se volvieron más peligrosas (más probable a ruptura) y cuáles se volvieron menos peligrosas). (Figuras por Shinji Toda, IRIDeS)